domingo, 29 de mayo de 2011

Cayendo y sin frenos.


Pues si, será eso.

Ah que estabais aquí. Bueno pues entonces comienzo con un aburrido discurso al que nadie le interesa sobre yo que sé, sobre el nuevo líquido limpia muebles o también puedo expresar mi gran y profundo mal estar, que no tengo ni puta idea de porqué es así pero solo se que está. Es como si no me aguantara a mí misma, es una sensación extraña, me dan ganas de llorar, pero me pregunto, ¿por qué? pues si te soy sincera no lo sé o quizás si, es una acumulación de todo y de la que no encuentro solución de salir, es como si callera en un profundo pozo pero nunca sé donde está el fondo, estoy en una permanente caída libre, a veces tengo la sensación de que dejo de caer y floto hacia arriba pero después me doy cuenta de que me equivoco, tan solo era una sensación porque la realidad es muy distinta, sigo cayendo, sin freno, como le sucedería a un paracaidísta pero mi problema es que no encuentro el paracaidas. Una mano no me basta, puesto que es imposible que me frene la caída, una cama elástica tampoco, no encuentro ninguna otra cosa y el puto paracaídas está desaparecido, es como la pareja del otro calcetín, sabes que lo tienes pero nunca está ahí.

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