sábado, 18 de septiembre de 2010

A veces, un cuerpo puede modificar un nombre.



A veces, las palabras se posan sobre las cosas como una mariposa sobre una flor, y las recubren de colores nuevos.

Sin embargo, cuando pienso en tu nombre, eres tú quien le da a la palabra color, aroma, vida.

¿Qué sería tu nombre sin ti?

Igual que la palabra rosa sin la rosa:
un ruido incomprensible, torpe, hueco.


ANGEL GONZÁLEZ

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